viernes, 28 de junio de 2024

LA RIOJA: INMERSIÓN DE CULTURA Y VINO


Vaya viajecito chulo por La Rioja, la antigua provincia de Logroño y actual Comunidad Autónoma ofrece un montón de posibilidades para el viajero.
Escogimos Ledesma de la Cogolla, un pueblo pequeño, en  la zona de contacto entre las  sierras y el valle del Ebro. La provincia está dividida en esas dos áreas, la montañosa en la Demanda, Picos de Urbión, Cebollera y Cameros, con una gran tradición ganadera, donde la ganadería trashumante, sobre todo la ovina fue durante siglos el principal medio de vida; una segunda área, la llana con zonas de huerta, cereales pero sobre todo de vino, actividad que sigue siendo a día de hoy la principal inyección económica de la Comunidad.
En cuanto a la Casa Rural, Los Carboneros , muy recomendable, una construcción tradicional rehabilitada, con cinco dormitorios cada uno con su baño. El espacio cocina-salón igual es un poco pequeño para tanta gente pero la cosa se solventa con un estupendo corral con barbacoa donde pasar el rato estupendamente.

El pueblo pequeño pero muy bien cuidado, sin ruinas, con algunas antiguas casas ya rehabilitadas como esta en la que nos alojamos, y otras con muchas posibilidades, además de un monte con una arboleda preciosa, con gran variedad de especies, a destacar las hayas en las umbrías, lugares por los que daba gusto caminar, la verdad.
Y como ocurrirá en casi todos los pueblos de la zona con una iglesia románica🤩


Yo me estrené con un rato de conversación con los amigos de Ángel, nuestro casero, que andaban de caraba, y me pusieron al día sobre montones de aspectos de la vida en La Rioja, y me invitaron a un café y un trozo buenísimo de trenza.

La primera reunión con nuestros amigos la hicimos en ese estupendo patio del que hablé anteriormente, donde degustamos unos  vinos y una paletilla de ibérico que nos supo a gloria.
El viernes salimos de ruta, visitaríamos los pueblos de la Sierra de Cameros, empezando por Anguiano, ese tan famoso en el cual los danzadores, no danzantes, se tiran por una empinada cuesta girando sobre unos altísimos zancos. Subimos hasta la iglesia donde una señora muy amable nos explicó el recorrido, es difícil creer que salgan ilesos de tan arriesgada actividad viendo la inclinación y el empedrado del suelo.

De ahí al Monasterio de Valvanera, patrona de la región. El enclave es espectacular, rodeado de un espesísimo  bosque. Arquitectónicamente no conserva restos apenas de la primitiva abadía que supongo sería románica, salvo la talla de la Virgen que es muy original, subimos arriba, al camarín, para verla de cerca, dicen que es de finales del Siglo X y que tiene rasgos bizantinos, está enmarcada  por unas ramas de roble, una pasada...

El siguiente destino eran los dos Viniegras, la de Arriba y la de Abajo, que se encuentran en el catálogo de los Pueblos más bonitos de España , cosa que no me extraña pues realmente son preciosos, muy bien cuidados, limpios, calles con empedrados perfectos, casas muy bonitas y todas en consonancia, en el de abajo destacan las de indianos, que vinieron de vuelta de las Américas ricos, y retornaban a sus pueblos a veranear desde Madrid, en los albores del pasado siglo.
El de Arriba, muy coquetón también, con un arroyo por mitad del pueblo, este ya lo vimos a matacaballo porque se hacía la hora de comer.

Recalamos para el condumio en Villoslada de Cameros, para llegar allí atravesamos el Puerto de Montenegro y nos metimos por una esquina de la provincia de Soria, todo ello enclavado en el Parque Natural de la Sierra Cebollera. Tiene mucho encanto también esta villa, hay que atravesar un puente medieval precioso sobre el río Iregua, puente que nosotros rebautizamos como "Puente de Carlos" por razones que no vienen al caso. Al otro lado encontramos un caserón con ventanal en esquina, que nos recordaban a las de Trujillo, en la lejana Extremadura, destino, que fue de los pastores trashumantes de estas serranías.

Nos adentramos por sus empinadas calles, buscando sus rincones más típicos, como en toda la zona abundan las casas de ladrillos y adobe con entramados de madera, imaginando ese pasado glorioso que debieron tener estos preciosos pueblos antes de que la emigración de los cincuenta/sesenta del pasado siglo les diese, como a los demás, su estocada mortal.

Yo pretendía no desandar lo andado, sino hacer una ruta circular para ver más pueblos, así que atravesando por una pista forestal y un precioso monte llegamos a otro enclave super especial, Ortigosa de Cameros.


Con un puente tipo viaducto, de gran altura sobre un barranco para acceder de un lado al otro. Por lo visto tiene unas interesantes cuevas que no pudimos ver porque ya estaban cerradas. Desde ahí para casa, que quedaban kilómetros y había que descansar para el siguiente día.

El sábado, tras el desayuno correspondiente, salimos para Nájera, nuestro objetivo: otro monasterio, en esta ocasión el de Santa María la Real, por fuera toda una fortaleza, con unos contrafuertes cilíndricos nunca vistos.

Al interior llama la atención un claustro, plateresco en este caso bien bonito también, que junto a la iglesia debieron construirse sobre la antigua abadía románica, de la que se conserva un pequeño muro visto desde el exterior.

Nájera fue en la Alta Edad Media un pequeño reino cristiano, el de Pamplona-Nájera, que sería precursor del Reino de Navarra. Las tierras riojanas entrarían finalmente a formar parte del Reino de Castilla en 1179, después de un siglo de disputas entre navarros y castellanos. Hasta 1982, es decir durante 800 años la Rioja ha sido castellana, fecha en la cual se produjo el desaguisado autonómico del que "gozamos" hoy día.
Volviendo al monasterio decir que algunos de aquellos primeros  reyes y reinas navarros se encuentran aquí enterrados, así como algunos Condes de Haro y Señores de Vizcaya.

Como los sepulcros medievales debían estar muy deteriorados se trasladaron los restos a otros posteriores, contruídos también durante el Renacimiento. No obstante se conservan dos de ellos románicos, uno de Diego López de Haro y de su esposa y otro de Blanca de Navarra, esposa de Sancho III de Castilla y que falleció siendo aún muy joven. Es este último sepulcro, concretamente la tapa,  una de las obras si no la más apreciada del monasterio. Los relieves del románico, han de observarse con detenimiento, sin prisas para apreciar los detalles, cosa que pude hacer esa mañana ya que no me atreví a subir al coro, que por cierto es la otra obra maestra que no puedes perderte si visitas este templo.

Ya desde aquí, sin más demora al siguiente destino, la ciudad de Logroño y concretamente a tomar los caldos riojanos y las famosas tapas de la Calle del Laurel.

Destacar que es uno de los barrios mejores de España donde tapear y probar vino, o eso dicen. Nosotros nos lo pasamos genial, menuda marchuki  había, bueno en realidad unos mejor que otros, que algunos tenían que conducir a la vuelta. 

A media tarde volvimos a Ledesma, jugaba España y algunos querían ver el partido. Otras aprovechamos para dar ese precioso paseo por el monte y así ayudar a nuestro hígado a digerir la anterior "cata".
 Para el domingo por la mañana quedaban otros dos monasterios, Suso y Yuso. Jose y yo habíamos estado hacía diez años, en aquella ocasión únicamente habíamos visitado por dentro el de arriba. 

Esta vez entraríamos en los dos. Es que, cómo te vienes sin ver estas dos joyas, Patrimonio de la Humanidad y cuna del castellano.
El de arriba, Suso, del latín sursum, conserva partes prerrománicas y románicas, el cenotafio de San Millán de la Cogolla y también sepulcros, concretamente de tres reinas navarras y de los Infantes de Lara.

El de abajo, muy posterior, del Renacimiento y Barroco, está regentado actualmente por la comunidad de frailes agustinos y lo que más me gustó fueron algunas joyas custodiadas allí como los libros de coro y los restos de marfil de las arquetas de San Millán y San Braulio, que me parecieron una auténtica maravilla.
Hay también un facsímil del Códice Emilianense, ya que el original está en la Biblioteca Nacional, con las primeras palabras escritas en castellano (de momento...) Y desde ahí para casita a recopilar mentalmente tan especial finde.








martes, 18 de junio de 2024

ESPAÑOLEANDO: OTRO PASEÍTO POR ASTURIAS


No se me ocurre mejor plan para un finde que explorar algún nuevo rincón de esta hermosísima tierra que es Asturias.
Llegamos a San Esteban el viernes a mediodía, a la hora de comer, donde dimos cuenta de un buen menú del día que quemamos dando un paseo hasta el espigón, con San juan de la Arena al frente, disfrutando ya del paisaje marinero que tanto echamos de menos en Castilla.
El sábado salimos camino del Parque Natural de Somiedo. Había oído mucho hablar de ese espacio protegido, pero nunca había estado allí.
Hay que cruzar de norte a sur Asturias, siguiendo los desfiladeros de los ríos Nalón, Narcea, Pigüeñas, Somiedo y Saliencia.
El destino eran los lagos del mismo nombre, Saliencia, caminando desde el alto de la Ferrapona que a mí me sonaba de la "vuelta ciclista". No es mucho lo que yo puedo caminar así que sólo llegamos al primer lago.

Son cinco circos glaciares, el que vimos era totalmente cerrado, sin desagüe; en plena primavera la lagunilla azul rodeada de verde y lleno de flores era un espectáculo.
Pero lo más de lo más estaba por llegar. Habíamos visto a la subida varios grupos con miras telescópicas y prismáticos intentando avistar osos, nos habían dicho más abajo, en el bar de Veigas que se los  veía por el km cuatro. Al bajar vimos un grupo de cinco o seis personas muy concentrados oteando la ladera de enfrente y les preguntamos, la respuesta fue que sí, que veían uno. Allí estaba, un ejemplar de oso pardo pastando tan feliz, se le observaba simple vista aunque un poco lejos, no obstante le pedí a un señor que me dejara su mira telescópica y no había quién me lo quitara, ¡Vaya ejemplar más chulo!! ¡¡Qué emoción!!🐻

Después comimos en Veígas, yo un pote asturiano, con su berza, garbanzos y su compango correspondiente, ¡qué rico!😋😋.
Había un museo etnográfico en el pueblo, se trataba de varias chozas tradicionales, con sus habitáculos amueblados, los aperos, establos, etc. Son similares a las pallozas que vimos en la leonesa sierra de los Ancares. Muy maja la guía, una asturiana de un pueblo cercano con buena disposición y buena conversación. A estos chozos de  zonas altas con sus correspondientes praderas se les llama rañas, y son los pastos de verano para el ganado a donde solía trasladarse toda la familia durante el estío hasta hace no mucho🦬🐂.

Desde ahí cambiamos de desfiladero y nos acercamos a Pola de Somiedo, pueblo que divisamos desde un mirador, tras lo cual bajamos y resulta que estaban de fiesta, tan animada estaba que hasta nos echamos un bailecito.

De regreso nos tomamos una cervecita en el albergue de peregrinos de San Esteban, que tiene mucho encanto, me gusta observar y escuchar las conversaciones de los peregrinos, una de las cosas que en otra vida, la de sin artritis, me hubiera encantado hacer, dada mi inclinación natural a las relaciones sociales que no a los motivos religiosos, como podéis imaginar.
El domingo hicimos turismo de ciudad, y es que yo tenía muchas ganas de visitar Avilés, hacía algo más de quince años que pasamos una mañana por allí. Es uno de los tres angulos del triangulo que forman lo que llaman los geógrafos "Ciudad Astur", la zona mas poblada del principado y cuyas otras dos esquinas son Gijón y Oviedo.
Guarda Avilés esos aires decimonónicos de haber sido una próspera ciudad burguesa debido a la siderurgia y al comercio, con su plaza y calles aledañas con  la típica edificación de soportales, para que pasearan los riquillos sin mojarse en esta tierra tan lluviosa, y a la vez contemplaran los escaparates que imagino llenos de productos maravillosos de aquella época, ¿os imagináis?, sombreros, abanicos, telas, mantones de manila, ultramarinos, pastelerías, etc. 


Después todo eso quedó anticuado, la ciudad fue convirtiéndose  a la vez que industrial en obrera, con esos barrios cutres de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. La debió arrear fuerte la Reconversión (que ya sabéis que es un eufemismo que en realidad significa destrucción del tejido industrial). Los ochenta debieron ser duros mucho paro, industria y comercio que se vienen abajo, zonas degradadas como los antiguos muelles, bueno más de lo mismo que en tantos polos industriales, como sus vecinos Gijón o las ciudades vascas.

Pero toda esa historia dejó vistosos barrios, casas modernistas, de indianos, soportales como dije antes, etc. Plazas recoletas como la del Carbayón, dónde se encuentra la iglesia de Santo Tomás, todo enclavado en el barrio de Sabugo, antiguo barrio marinero y que ahora es ideal para ir a tomar unas sidritas. 
Muy chulas también las plazas del mercado y del hórreo, las calles de Ribero o la Ferrería, etc.

Ahora la ciudad parece gozar de una nueva etapa de prosperidad, vimos mucha vida entorno al famoso Niemeyer. Una fuerte inversión para reavivar culturalmente la Ría de Avilés. Esas modernas arquitecturas llaman la atención de viajeros y autóctonos hacia el otro lado de la Ría. 

En fin, que muy interesante Avilés.
De vuelta aprovechamos para ver la playa de Salinas, el mirador de las Anclas y también la playa de San juan de la Arena. 


Esa tarde de vuelta, en el albergue de peregrinos me tomé un fantástico "aperol", disfrutando de las vistas y de la compañía y claro así una se viene de Asturias pensando en la próxima.😊



martes, 14 de mayo de 2024

UNA MAÑANA EN ÁVILA

El 23 de abril es la fiesta de la Comunidad en CyL, no sabemos hasta cuando. Se conmemora la revuelta de las Comunidades en Castilla en 1520 contra el poder establecido, efeméride que se le antoja demasiado revolucionaria a los actuales gobernantes de estos viejos Reinos, y sospecho que nos la intentarán colar para colocar algo que celebrar más afín a su ideología, de hecho el pasado año cambiaron ya el día por el 25 de julio, como ustedes saben festividad de nuestro insigne patrón Santiago Matamoros.
Quiero recordar aquí que las primeras reuniones de estas Cortes y Junta general del Reino se celebraron en esta "vieja ciudad de las murallas". El 1 de agosto de 1520 los procuradores de las 18 ciudades con voto en Cortes fueron convocadas a la catedral de Ávila, si bien es cierto que acudieron sólo cinco o seis en aquel primer momento. He querido visitar y homenajear tan señalado hecho histórico acompañada de mi familia, 501 años después de la sonada derrota de los Comuneros en Villalar. Pero vayamos por partes.
En primer lugar me gusta, cuando voy de visita cultural a nuestra capital de provincia, comenzar por los Cuatro Postes.  Hay desde allí unas vistas del caserío, encorsetado dentro de tan sólida muralla, tan espectaculares que ya de por sí merecen una parada. 


Este es el momento de poner en contexto la construcción de este baluarte inexpugnable, mandado levantar por don Raimundo de Borgoña, cumpliendo el encargo de su suegro el rey Alfonso VI de Castilla tras la conquista de Toledo en 1085,  con el objetivo de trazar una linea de contención al norte del Sistema Central que impidiese a los ejércitos islámicos recuperar el terreno perdido. En este humilladero, hay que comentar también la frase "de Ávila, ni el polvo de los zapatos", que según dicen dijo la Santa, renegando de ese modo de su ciudad natal; así como alguna referencia literaria como aquella de Delibes en "la sombra del Ciprés es alargada" en la cual su protagonista contempla la ciudad nevada a la luz de la luna llena, se me eriza el vello solo de pensarlo.
La siguiente parada fue San Vicente, en esta ocasión no entramos, por la razón de que es mejor, según con quien vayas, elegir un templo y no aburrir a la concurrencia con abundancia de iglesias. Vimos el pórtico de entrada y el meridional, donde se hallan cuatro figuras románicas, una Anunciación, así como San Vicente y Santa Sabina, que son tallas románicas de tal calidad que se han convertido en uno de los emblemas de la ciudad.
A continuación contemplamos con detalle la muralla, desde el arco de San Vicente hasta el del Alcázar, en este lienzo se reaprovecharon los sillares de la antigua muralla romana, por ello si nos fijamos con detalle, encontramos lápidas, cistas funerarias y hasta algún urinario incrustadas en la pared. Me gusta también contrastar el poderío de dichos sillares romanos con la mampostería medieval.
Entrando por la puerta del Alcazar ya en la Plaza de la Catedral admiramos algunos de los palacios o viejas casonas nobiliarias que fueron residencia de aquellos caballeros que dieron nombre a esta villa, como el de los Velada o Valderrábanos. Aprovecho para hacer alusión al frío que hacía esa mañana, como mandan los cánones de la Meseta castellana.

Hacía mucho tiempo que no entraba al templo, no recordaba la belleza de sus líneas muy distinta a cualquier otra, fue la primera en estilo gótico por estos lares, su cabecera en la que se trazó una de las primeras girolas del reino de Castilla, tiene reminiscencias románicas y es todo un espectáculo. Está construida con esa piedra que llamamos sanguina por el color rojizo de sus óxidos de hierro y que contrasta con la berroqueña del resto del templo. La sensación es de difícil descripción, mejor ver:

Otros lugares a destacar son la sillería de coro, el altar mayor con algunas tablas de Berruguete, el relieve del trascoro y la tumba de "el Tostado", con un detallismo y una calidad propios del mejor Renacimiento italiano.
Y para finalizar la visita entramos en el claustro, con una crestería de granito coronándola, sin parangón por la dificultad que debe tener labrar esta piedra. Aquí dentro está la tumba del Duque, don Adolfo Suárez y su esposa. Y como también a esta vetusta capital llegan las nuevas tecnologías, hay una experiencia virtual, de la que me ayudó a disfrutar mi sobrina Yaiza sujetándome las gafas, que me dejó con la cabeza dando vueltas después de trepar por torres, bóvedas y altares.
Por último recordar el aspecto de fortaleza del templo, con sus dos torres decoradas con el típico perlado abulense, una de ellas inconclusa, y su cabecera, que en Ávila llaman cimorro, y que son todo ello de gran originalidad.

Era la hora del vinito y el pincho, ¡qué gozada! fuimos al Grande, aunque hacía frío daba el sol y nos quedamos en una terraza contemplando a la gente curiosear por las casetas de la feria del libro donde finalmente nos acercamos. Me compré una novela de Ángel Barrios, "Bajo Control" se titula, pero que no puedo comentar porque aún no lo he leído. Soraya y las niñas también cargaron. Yo buscaba algo de Luis Mateo Díaz, al que daban ese día el premio Cervantes, pero no lo encontré en ninguna de las casetas.
Habíamos quedado para comer en "la Posada de la fruta ", en esta ocasión con algún fallo, tardaron muchísimo en servir, nos dijeron que debido a la falta de personal en la cocina, mal del que empiezan a pecar muchos negocios... 
Aún dio tiempo a mi equipo subir al adarve de la muralla, yo me volví abajo desde la mitad de la escalinata, he de ser realista con mis limitaciones.
Les gustó la visita a Ávila o eso me dijeron. Yo sólo busco, como siempre repito, compartir mis conocimientos para inculcar el amor por el Arte y la Historia a los que me rodean😘😜





lunes, 29 de abril de 2024

FINDE EN BARCELONA

Viajé tres veces a BCLN en mi adolescencia y primera juventud, pero no había vuelto desde 1987, sabía que la ciudad había cambiado mucho desde entonces así que a petición de Beatriz he organizado este viaje para los tres, que nos ha hecho disfrutar, y de qué manera, de esta maravillosa ciudad.


Dos días y medio se quedan un poco cortos para tanto que hay por ver, tienes que elegir y, naturalmente, algunas cosas han de dejarse para la próxima.
Me decanté por el modernismo, pensaba que les resultaría muy vistoso a los miembros de mi equipo. Así que el sábado a las 9,15 de la mañana estábamos en la  Sagrada Familia y con entrada para que ellos además subieran a una torre. Este templo, diseñado por el genial Gaudí, está inspirado en el gótico, pero además le dio este toque personal moldeando sus arquitecturas con esas formas orgánicas, inspiradas en la naturaleza, de tal modo que por fuera parece una enorme escultura. En el interior semeja un bosque de columnas, entre las que se intercala la luz que entra a raudales por una  multitud de vidrieras multicolores. El templo está cargado de simbolismo, nada es casual, todo tiene un significado. Nos rodea un espectáculo de luz y color.

A diez minutillos  Hospital de San Pau, de otro célebre arquitecto catalán, Domenech i Montaner, sólo lo visitamos por fuera, una pena tener que ir tan rápido ya que visto desde aquí, prometía.


Y de ahí nos fuimos al Paseo de Gracia y su Manzana de la Discordia para encontrarnos con tres casas espectaculares, de los dos nombrados anteriormente más otra de Puig i Cadafalch

                                                         Casa Batlló de Gaudí

Había que dirigirse ahora a la Plaza de Cataluña para bajar por la Rambla y movernos a un lado y otro: Mercado de la Boquería, Barrio Gótico, Catedral, calle del Obispo, plaza San Jaume, Beso. A mí me hizo especial ilusión el café que me tomé en Els Quatre Gats , no sé, siento cierta emoción al estar en el mismo lugar donde artistas tan importantes de vanguardia se reunían, Picasso, Nonell, Rusiñol, Ramón Casas, etc.


El café, edificio también modernista, está inspirado en Le chat noir de París, aunque parece que alguién le dijo al dueño "al tuyo no van a entrar ni cuatro gatos".
Para finalizar, ya con los pies reventaos, nos dimos una vuelta en coche, Rambla abajo, Liceu, monumento a Colón, hasta el Puerto Olímpico y para el hotel. Algunas aún saldríamos a cenar a un japonés que teníamos frente al hotel, muy bueno según la experta en comida japonesa.
El segundo día, domingo, teníamos entrada a las once para el Park Guell. Había cientos de personas ya, además por querer organizar los flujos, los vigilantes te hacían bajar para luego subir... en fin, desquiciante, yo que recordaba mi primera visita, cuando era tan solo un parque más de la ciudad donde iban los barceloneses a pasar el rato. Conservaba esa foto que encabeza el artículo que me recuerda además de que una vez fui joven, pues que tuve la suerte, sin saberlo entonces, de ver lugares maravillosos sin esta marabunta actual que resulta el turismo de masas.
Les conté a los miembros de mi equipo que el mecenas Güell y Gaudí proyectaron una urbanización con una cincuentena de casas en esta empinada ladera de la ciudad, de la que sólo llegaron a construirse dos, una de ellas estuvo habitada por Gaudí hasta su muerte. Su hijo terminaría vendiendo los terrenos al Ayuntamiento de Barcelona que hizo de ellos un parque público.
Los desniveles se sujetan mediante bancales soportados por columnas parabólicas de lo más originales, y una sala hipóstila al más puro estilo griego sostiene una plazuela decorada con azulejería en forma de mosaico. Dos edificios con líneas onduladas flanquean la entrada y dan lugar a una escalinata decorada también con esos típicos mosaicos que tanto le gustaban al maestro. Precioso parque, pero id solo si podéis entrar a primera hora.


Nuestra siguiente parada sería en el Puerto Olímpico, esta zona debía haber sido muy industrial y en los noventa del pasado siglo estaba muy degradada, con los JJOO del 92 se recuperó para la ciudad.
Se accede entre las dos torres, Hotel Arts y Mapfre. Tomamos una cervecita y comimos allí, muy bien por cierto, frente al mar, se estaba de lujo. Costó moverse pero nos queríamos acercar a la Barceloneta y tocar el mar. Pasamos por el pez de Frank Ghery, otro icono de modernidad para esta cosmopolita ciudad.


Por este lado de BCLN nos quedaba otro clásico, el Parque de la Ciudadela, que en su día fue una fortaleza militar para controlar la ciudad, y que ahora es un precioso parque público, con un arco de triunfo por entrada y una fuente monumental impresionante que se costruyeron para la Expo de 1888.

Se disfrutó más que el Güell porque se veía menos turisteo, más bien daba la impresión de un lugar de esparcimiento para los autóctonos.
Nos fuimos un rato a descansar y a continuación a tomar unos pinchos ya que quedaba un plato fuerte para la noche, El Palau de la Música que ya de por sí es un espectáculo, pero además vimos la Gran Gala Flamenco, buenísima elección 😉.


 Y bueno como teníamos un rato el lunes por la mañana nos dimos una vuelta con el coche por la montaña de Montjuic. 
Pasamos por la fuente que no habíamos podido visitar de noche, por el MNAC, que los lunes cierra y cuya colección de arte románico tengo que ver sí o sí en otra ocasión, reconocimos la puerta de San Vicente, de Ávila que da entrada al Pueblo español, pasamos por pabellones deportivos, El club natación, El palau San Jordi, etc. Desde un mirador vimos las torres de Hospitalet. Para acabar entramos al Castillo de Montjuic, que fue fortaleza, primero para defender la ciudad, y después para controlar las revueltas de los díscolos barceloneses contra la autoridad 😉. Si te paras a escuchar aún se oyen los gritos de los anarquistas torturados y las cargas de los fusiles contra los condenados a muerte, sobre todo si has estudiado Historia. Si no es tu caso, verás ondear una enorme bandera catalana, tan grande como la española de Colón en Madrid, y podrás disfrutar de unas vistas maravillosas de la ciudad y del puerto comercial.

Y había que reponer fuerzas antes de volver, elegimos para ello Cafetería Anahuac, un menú del día de muy buena calidad y mejor precio 😉.
Y eso fue todo, que había que volver. Qué buen gusto deja BCLN y qué imágenes tan coloristas🤩🤩🤩 en la retina.










NAVACEPEDEÑOS POR PUCELA (TERCERA PARTE)

Me gustó tanto y me lo pasé tan bien que no me quiero dejar nada sin contar. 
Ya con la gente rogando por una cerveza nos quedaban algunos puntos más de la ciudad que no queríamos dejar de visitar. Bajo la iglesia de San Benito están los restos del antiguo alcázar, en una esquina del actual convento asoman los muros de aquel viejo castillo en que vivió otra de las reinas de las que quería hablar, doña Catalina de Láncaster (de la que iba caracterizada Ana). En estos enlaces te cuelgo lo que iba a contar sobre ella:  Catalina1 y Catalina2


Justo enfrente está el parque de Poniente, y en él las esculturas homenaje a Rosa Chacel y Jorge Guillén, dos escritores vallisoletanos de la Generación del 27. Para recordarlos Merce, Agustín y Tere nos deleitaron leyendo algunos versos de los susodichos, y le pusieron emoción a raudales a pesar de la hora.

Ya no quisimos torturar más a la concurrencia y por fin nos fuimos a tomar esos vinos y esos pinchos tan esperados. Algunos entraron al Mercado Central, otros nos fuimos de avanzadilla hacia la plaza Mayor:

 También tenía yo mi discurso pensado para tan magnífico espacio público, había que hablar sobre Ansúrez , el que fuera repoblador de la villa por mandato del rey, de cómo fue surgiendo la plaza entorno a un mercado, del incendio del siglo XVI y su posterior reconstrucción por mandato de Felipe II,  del auto de fe de Cazalla, de la novela "El hereje", de la remodelación de principios del XX en la que se construyó la actual Casa Consistorial, de la iluminación de Ríos de Luz que hace tan especial a la ciudad por las noches,  ufff... no acabo nunca.
Tiene fama esta ciudad de tener buenos vinos y buenos pinchos, de lo cual doy fe, aunque eso sí, baratos no son. Pero después de la caminata, vaya deleite para los sentidos (sobre todo para el gusto😋😋😋), dio tiempo como yo quería a tomarla, antes de irnos a comer al Restaurante los Zagales, bien, parece que cumplió con las expectativas y salimos "bien comidos" y "bien bebidos", que el vinillo de la tierra pasaba fácil...😉
Y claro después había que ver el museo:


 Desde el momento en que decidimos que esta sería nuestra próxima visita, yo tenía claro que había que visitar el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. En mis años de estudiante lo había visto y algo recordaba aún. La cuestión es que es tan bello el continente como el contenido, el Colegio de San Gregorio es un magnífico palacio del estilo Reyes Católicos, con una portada y un patio de una particular belleza, parecen "encaje de bolillos". Menudas fotacas se hicieron allí, aunque ya se sabe que en los claustros hay que tener cuidado con el contraluz😉.

Después están los magníficos artesonados de las salas y finalmente las esculturas, son imaginería renacentista y barroca de una calidad excepcional.

 Los maestros del Renacimiento como Juan de Juni o Berruguete habían viajado a Italia, traían aprendida la terribilitá de Miguel Ángel  o el patetismo del Laocoonte. Quise transmitir que estas tallas tienen vida, pero sobre todo vida interior y es lo que las hace especiales.
Gregorio Fernández fue el genio del Barroco, sus pasos procesionan cada Semana Santa por las calles de la capital, además de los sentimientos que transmiten consiguió unas composiciones perfectas, por no hablar de los pliegues de sus ropajes, esos brocados, que parece que van a crujir...

Esto de los museos es, para según quién, algo pesado, por lo cual algun@s habían ya abandonado el barco y nos esperaban en una terracita justo enfrente. 
Y ya... no dio para más, autobús y para casa, que había tres horas de camino de vuelta.
En general se pensaba que deberíamos habernos quedado y hacer noche, bueno pues para la próxima...
Por si alguién se anima a volver nos quedaron muchas cosas sin ver... Las Huelgas reales con la tumba de doña María de Molina, la Iglesia de la Magdalena, donde descansa nuestro casi paisano, Pedro Lagasca, que fue gobernador del Perú y cuyo magnífico escudo preside la fachada, la sala rica del Palacio de los Vivero, en la cual contrajeron matrimonio los muy católicos Isabel y Fernando, San Martín y su campanario románico, la Vera Cruz, que se salvó por muy poco de la demolición, el Palacio de Santa Cruz, el Museo Contemporáneo Patio Herreriano, la Casa de Colón, en fin... para coger el AVE y volver otro sábado por allí...
Recordar también a los lectores lecturas relacionadas con esta ciudad, aquellos que gustáis de los clásicos, cualquiera de Delibes, si por contra, te gusta lo más actual y más concretamente la novela negra, Pérez Gellida, "La suerte del enano" está ambientada en el museo.
Y bueno, pues vamos pensando en la siguiente, ¿no?😉

Es que vaya  fotones que nos hicieron l@s retratistas.