lunes, 18 de septiembre de 2023

OTRA VUELTECITA POR ASTURIAS

El Norte siempre está ahí, esperándote. La mejor opción para dos o tres días.
Volvimos a Asturias, abusando de la hospitalidad de nuestros amigos.
Cuando vas de la Meseta, desde Gredos más concretamente, atraviesas los túneles y el pantano de Luna, te encuentras con una cordillera, la Cantábrica, mucho más abrupta, con valles y cumbres con desniveles enormes que nada tienen que ver con las redondeadas y peniaplanadas sierras del Sistema Central.

Voy a hacer un esfuerzo mental para tratar de explicar el porqué de esas diferencias.
La Meseta se formó en la era geológica que llamamos Primario, y lo que hoy son sus sierras lo hicieron durante un periodo de formación de montañas u orogénesis que llamamos Hercínico o Herciniano, hace 350 millones de años; está constituída por materiales muy duros, como el granito que no dejan filtrar el agua. Esos sistemas montañosos se fueron desgastando debido al efecto de la erosión, convirtiéndose en penillanuras.
En una época geológica mucho más reciente, ya en el Terciario, hace unos 30 millones de años (hablo de memoria), otra orogénesis,  producida por el choque de África con Europa, que llamamos Alpina y sigue activa a día de hoy, levantó Pirineos y los Sistemas Béticos, además rejuveneció los antiguos macizos fracturando y elevando de nuevo algunas piezas del Sistema Central, como el Macizo Central de Gredos, Parameras y Sierra de Ávila. Y hundiendo otras como las fosas del Corneja, Tormes o Tietar.
En el reborde septentrional de la Meseta, el tipo de material era calizo, por estar formado por una mezcla de sedimentos de origen continental y marino, que habían ido depositándose en los mares que rodeaban la Meseta. Ahí se fueron posando arenas areniscas y todo tipo de sedimentos continentales, que se iban mezclando con los restos de animales marinos de los que procede el Carbonato Cálcico. Todo ello fue compactándose en los fondos marinos y emergió formando la actual Cordillera Cantábrica,  durante el anteriormente aludido movimiento alpino. Y ocurren dos cosas siginificativas: una que la piedra caliza se disuelve en el agua y otra que los ríos y torrentes que nacen en esta cadena montañosa han de salvar en solo cuarenta km. desniveles de 2600 m. Por esas dos razones hay profundísimos barrancos y cañones, así como también infinidad de cuevas, galerías y cauces subterraneos.
Una vez explicado ésto contamos lo visto en esta ocasión, es mucho y no queremos olvidar los detalles.
Comenzamos alegrando el paladar con una cena a base productos del mar, un enorme atractivo para las gentes de interior por ser tan escasos por aquí 😋.

El jueves nos fuimos a primera hora a ver un lugar que me encantó, una solitaria playa, Vallina, de gorrillos perfectamente pulidos, con un acceso por camino sin asfaltar, que ya quisiera yo para el río de mi pueblo, tras la playa un acantilado en el que resaltaban los distintos colores de los estratos con pequeños arroyuelos que caen en cascada al mar ¡Todo un espectáculo! 


Lo que vimos a continuación, el cabo Vidio, de gran belleza también, donde me hice la típica foto mirando al mar 🤩🤩. Para completar la mañana, tuve la suerte de poder darme un baño en la playa de San Pedro de la Ribera, una delicia, arena fina, para mis pies hechos polvo. Un agua fresquita y con algunas olas que me dejaron como nueva.
Habíamos reservado comida en San Esteban, un arroz con pulpo y zamburiñas que quitaba "er sentio" 😋😋.

Por si no era bastante belleza, por la tarde nos fuimos a ver la Quinta Sergás,  un precioso palacete decimonónico rodeado de jardines, uno francés, con sus geometrías, otro italiano, y por último el inglés, con su lago y gruta incluidos.

Esta familia burguesa, fundó a primeros del siglo pasado, una escuela para los niños/as del pueblo, a la que llegaron a asistir hasta 240 rapaces, y donde se impartía enseñanza con los más avanzados métodos pedagógicos del momento. Se cuidaba además la salud, la comida y se preparaba a los estudiantes para un futuro profesional.
Hubiera necesitado más tiempo para observar los detalles de una escuela de hace un siglo, algunas cosas las habíamos conocido y nos hacía mucha ilusión. Yo a lo mío, disfrutaba con los mapas con lo que más 😊.

De regreso, mientras caía una buena tormenta, nos pusimos a buen recaudo tomando una cervecita en un entrañable albergue de peregrinos. Cenando, al lado, estaban unos taiwaneses con un alemán de Munich, y yo intentando poner la oreja por ver si pillaba algo de lo que hablaban.
El viernes por la mañana, un día estupendo, aprovechamos para hacer una rutita, dentro de lo que yo puedo hacer, nos fuimos a Proaza, a una Vía Verde que llaman "La senda del oso", que transcurre paralela al río Trubia, rodeada de una espesa vegetación de ribera, nos acordamos mucho de nuestro amigo Juanmi, que ya nos ha enseñado mucho sobre vegetación y reconocíamos mostajos, avellanos, castaños, nogales (incluso comimos nueces), etc.

 Pequeños charcos, con aguas muy limpias y tranquilas, pasamos bajo algún túnel y llegamos a un espectacular desfiladero. Tuvimos que volver, cuestión de regulación de fuerzas 🥴.

Comimos en Proaza y tomamos café en compañía de una paisana navacepedeña que vive allí, en aquel paraiso 🤩

 Después subimos hasta un pueblo de lo más pintoresco, Bandujo, con más cuestas que NVCPD, y unas vistas que tiene que dar gusto admirar desde la terraza de una de sus casas, tomando un café, lo imaginas en cualquier estación del año, con el verdor de la primavera, la luz del verano, los colores de la otoñada o las nieves de invierno y ... madre mía🤩🤩🤩🤩 !!!

Aún nos dió la tarde para una última cervecita y cena antes de recogernos que al siguiente día volvíamos.
¡Qué gozada, San Esteban de Pravia! Sin duda volveremos 😉.


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