domingo, 22 de mayo de 2022

LA FRONTERA, ERIKA FATLAND


 No puedo dejar de comentar lo mucho que me ha gustado este libro de una joven periodista noruega que ha recorrido todos los estados fronterizos con el país más grande del mundo, Rusia, preguntando aquí y allá cómo son y fueron las relaciones con su gigante vecino.
Me gusta la geografía, la geopolítica, la historia, pero sobre todo me gusta aprender, y creo que he aprendido mucho, aunque al final, como dice la propia autora, quedan más preguntas que respuestas.
A lo largo de casi un año de viaje visitó desde Corea del Norte, que tiene una treintena de km de frontera con Rusia, hasta Noruega donde, junto a su padre, recorre en kayak los casi doscientos km de frontera, río abajo, hasta desembocar en el Océano Glacial Ártico.
Entre medias China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Nagorno Karabaj, Georgia, Osetia del Sur, Ucrania (con las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Crimea), Bielorrusia, Polonia, Lituania, Letonia , Estonia y Finlandia.
Lo encontré en Bibliotecas Públicas de C y L, en su página on line, buscaba información acerca de actual conflicto entre rusos y ucranianos.
He leído alguna otra publicación para intentar "entender" las posibles causas que han llevado a esta guerra a dos pueblos tan cercanos física y culturalmente al menos.



   Un análisis de la evolución de la política ucraniana desde su independencia en 1991. Navegando entre dos aguas, el acercamiento político y económico a Rusia o a la Unión Europea y la OTAN. 

Una visión un poco diferente a la que a diario nos hacen ver en los medios de comunicación. Hay mucho más detrás, ni Ucrania era tan buena, con una corrupción generalizada, una docena de magnates económicos que controlaban la política, ni Rusia tan mala, el estado más grande del mundo, venido a menos y humillado tras la hecatombe económica de los noventa, que se ha ido recuperando, económicamente al menos, en los últimos treinta años y que avisa de que no quiere que la OTAN, su tradicional enemigo, "se le meta hasta la cocina".
Muchos de los problemas de hoy hunden sus raíces en los barros pantanosos del pasado. Las naciones que han sido imperios ya sea ruso, inglés, francés o español, generaron mucha explotación y mucho dolor que pervive en las sucesivas generaciones.
Los pueblos que se han sentido sometidos en algún momento de su historia, no perdonan y quieren romper cualquier vínculo con sus dominadores. Éstos últimos se resisten a caer, a perder influencia, a ser humillados por los nuevos amos del mundo.
Difícil, muy difícil comprender y mucho más dar respuestas.


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