domingo, 27 de marzo de 2022

LA HISTORIA TAMBIÉN FUE CONSTRUIDA POR MUJERES: CATALINA DE LANCASTER.

CATALINA DE LANCASTER, PRIMERA PRINCESA DE ASTURIAS. 
ESCRITO POR MARÍA TERESA ÁLVAREZ


Me decanté por esta novela histórica, que es practicamente una biografía  aunque está escrito en primera persona, es decir, la reina Catalina nos va narrando su vida y la de aquellos que la rodearon, su marido, el rey Enrique III de Trastámara, sus hijos, el principe Juan y las infantas María y Catalina, su cuñado, Fernando de Antequera, que después sería el primer rey Trastámara de Aragón y otros personajes, todos ellos reales e interesantes a tope.
Esta escritora trabajó una temporada para RTVE, hablo de hace ya años, con una serie que se titulaba "Mujeres en la historia", en ella quería reivindicar el papel de la mujer , es decir de todas aquellas a las que se relegó a un segundo plano en las crónicas oficiales o en los libros de Historia, siendo reinas, gobernadoras, regentes, artistas, escritoras, etc. a las que nunca se valoró aún siendo muy buenas en sus correspondientes  cometidos, como fue el caso de Catalina.
La Historia medieval de los reinos peninsulares es alucinante, digna de los mejores largometrajes o de las series de actualidad que tanto se ven en las plataformas digitales. Un día comentando que yo no había visto Juego de Tronos, alguién me respondió que si conocía la guerra entre Pedro I de Castilla y sus hermanastros los Trastámara pues me valía ya que era similar la lucha por el poder entre esta obra de ficción y aquella historia real.
La cuestión es que el rey Alfonso XI de Castilla  allá por los inicios del siglo XIV, dejó de lado a su esposa y madre de su hijo legítimo Pedro, y convivió durante años con la que fue, parece ser, el amor de su vida, doña Leonor de Guzman, y con la que tuvo numerosos hijos. Uno de ellos, Enrique, asesinaría años después, en Montiel, a su hermanastro el rey Pedro I haciéndose además con su reino.
Y qué pinta aquí Catalina, se preguntarán ustedes. Pues bien esta señora de la casa de Lancaster, hija del principe de Gales, era a su vez por parte de madre, nieta del asesinado Pedro y a alguién se le ocurrió que para poner fin a la disputa dinástica lo mejor era que se casara con el nieto del asesino, a la sazón Enrique, el futuro Doliente, e hijo del entonces rey de Castilla Juan I.
¿Alguién me sigue? Así que esta joven inglesa de 16 años, vino para casarse con un niño que aún no había cumplido los 10.
Ahí arranca la aventura, hubo de esperar a que creciese un poco su esposo y mientras esperaban, siendo aún un niño heredó el trono, con lo cual ejerció la reina un papel de consejera primero de su joven esposo y a la muerte de este con solo veintiséis años fue regente junto a su cuñado hasta que su hijo Juan alcanzase la mayoría de edad.
Durante la minoria de edad de Enrique III se produjo aquel triste acontecimiento de nuestra historia, el progrom o persecución y masacre de judios de 1391, que cien años después acabaría con su expulsión.
Durante siglos tres comunidades religiosas habían compartido la Peninsula, judios, cristianos y musulmanes. Los judios habían gozado de siglos de relativa calma tras algunos periodos de turbulencia en época visigoda, pero fue a raiz de la lucha por el trono de los Trastámara cuando todo empeoró, ya que Enrique para ganarse a las masas y posicionarlos contra Pedro,  encendió la mecha, acusando a su hermanastro, el rey Pedro I, de defender los intereses de los judios frente a los cristianos, incluso haciendo correr bulos como los fakenews actuales en los que aseguraba que el rey era en realidad hijo de un judio.
Creo en el poder de la Historia para no hacernos caer en errores del pasado, por eso pienso también que se conocen demasiado poco episodios de nuestro pasado que nos enseñen que no se debe encender a las masas buscándoles un enemigo, ya sea judio, inmigrante o simplemente al vecino diferente. Que ese es camino que siempre conduce a destrucción y dolor.
Me gusta Catalina de Lancaster, mucho, por hacerse valer en un mundo de hombres, y por llevar adelante con valentía y astucia aquello que consideraba su cometido. Restituir la sangre de los legítimos herederos al trono de Castilla.
Ella aportaba la herencia de los Borgoña, a los futuros reyes de Castilla entre los que estaría su nieta Isabel I, la conocida Católica.
Admiro a las mujeres que en aquellos siglos medievales y en tiempos mucho más recientes no se conformaron con el papel social que correspondía a su género y destacaron por encima de los hombres que las rodearon.
La novela te traslada además por los lugares de aquella corte itinerante por los que se movían los soberanos, especialmente entrañable el alcazar de Sevilla, escenario de los amoríos de Don Pedro y de María de Padilla, por Segovia, Valladolid, Ayllón, etc. Todo lo cual nos invita a un espectacular "viaje literario"


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