EL CUENTO DE LA CRIADA de MARGARET ATWOOD.
Una distopía, representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. Ésta es la definición de la RAE de este género de ficción del cine o la literatura que recrea un mundo considerado indeseable.
El término nació como opuesto a Utopía, aquella supuesta sociedad, imaginada por Tomás Moro, donde el hombre viviría feliz.
Son varias las obras de este género que he leído, algunas de joven y otras recientemente. Recuerdo Aldous Huxley y su Un mundo feliz, creo que cuando la leí a primeros de los ochenta, quizás no se hubiera inventado el término distopía, y aunque ya no recuerdo los detalles, sí puedo decir que no he olvidado el pasmo que me produjo. Años después en los noventa un compañero me recomendó, más bien por el título, a Amin Maalouf y su primer siglo después de Beatriz, se me quedaron algunos detalles, como los problemas demográficos que podrían presentarse con la elección del sexo de los hijos, eran aquellos años en los que salió a la luz el hecho de que en China no querían tener hijas y comenzó aquella marea de adopción de niñas chinas.
Bastante recientemente leí Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (temperatura a la que arden los libros), que nos presenta una sociedad sin libros, como fórmula para evitar problemas, mejor la ignorancia. Impactante también.
El pasado año me puse con otro gran clásico, 1984 de Georges Orwell, escribí un artículo contando la gran cantidad de paralelismos que encontré con los actuales tiempos, para mí fue completamente alucinante, todo un descubrimiento. Cómo pudo este hombre imaginar los dos minutos de odio, el Gran Hermano que te vigila, el hablaescribe, la neolengua , Yo veía ahí las diatribas por las redes sociales, el móvil que nos escucha y nos frie luego a publicidad, y con el que hablamos y escribimos, los emotys, etc. Tiene tanto esa novela, que hay que leerla, sí o sí.
Y ahora, sin saber de qué iba, me pongo con el cuento de la criada, yo pensando
en una novela de esas inglesas de ricos y pobres, y me encuentro ésto, una distopía sobre un mundo en el cual las mujeres estarían totalmente sometidas a la voluntad de los hombres.
Entiendo que su autora, premio Príncipe de Asturias de las Letras, escritora canadiense, ha querido hacer un alegato feminista.
Lo que no sabía es que era una serie de éxito de alguna plataforma de moda. Mucha gente ha descubierto este relato de ficción a través ya del cine. Interesantísimo lo que nos propone.
Una novela distópica, por tanto es una de esas lecturas que nos crean cierto "mal rollito", pero que nos hacen pensar.
Antes de la llegada del corona, podríamos decir: _y para qué leer ésto si no va a ocurrir_, lo malo es que ahora ya sabemos que cualquier mundo distópico, por irreal que parezca, puede llegar, o¿no?
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