domingo, 3 de enero de 2021

LECTURAS: VIAJES LITERARIOS


Es una moda, aunque no un fenómeno reciente, leemos un libro ambientado en un determinado lugar y nos dan unas ganas locas de conocer los escenarios por los que se mueven los protagonistas,  y de paso ver si la ambientación coincide o no, con lo que habíamos imaginado. En ocasiones ocurre al revés decidimos visitar un lugar determinado y nos apetece conocer más sobre su literatura, arte, etc.
En mi caso, suelo leer antes de viajar. Antes de la COVID, algunos de mis últimos viajes los acompañé con novelas como belleza dorada de Laurie Lico Albanese, por donde transitan el pintor G. klimt y su mundo, antes de mi viaje a Viena; anteriormente  Los Romanov  de S. S. Montefiore, así como El testigo invisible de C. Posadas, fueron mis apuestas para Rusia; Philip Roth antes de mi viaje a NYC o Alejo Carpentier previo a ir a Cuba. 
A la vez que la información para el viaje, los planos, monumentos, actividades, arte o gastronomía, pienso que leer a algún escritor del lugar a visitar, o ver alguna peli, nos puede ir metiendo en ambiente.
A veces es la novela, que te llama a recorrer los lugares por donde transitan los protagonistas. En el Pinterest veo que tengo guardados los lugares que no quería que se perdieran en el disco duro de mi cerebro, ya demasiado lleno de por sí, donde se ambientan ciertas novelas que leí y que me gustaría visitar: Las lágrimas de Isis  de Antonio Cabanas, leída recientemente, me ha recordado que aún no he viajado a Egipto; es una historia sobre la reina Hatshepsut, mujer de armas tomar, interesante a tope.
Pero tengo guardados otros posibles viajes literarios; uno por la Cataluña medieval que apunté leyendo La tierra maldita de JF Ferrándiz, así como por la Cantabria de Puerto escondido de María Oruña y uno más por las tierras castellanas de La maldición de la reina Leonor con que me deleitó Peridis.
Tengo algunas amigas verdaderamente aficionadas a recorrer los parajes de sus novelas favoritas, y ahí he de reconocer que me llevan mucha ventaja. Los valles navarros de la Trilogía del Baztán de la superventas Dolores Redondo, así como la Ribera Sacra de su todo esto te daré, han sido destinos para sus escapadas por España. Y más recientemente me han puesto los dientes largos con un finde en el parador de Santo Estevo tras leer El bosque de los cuatro vientos de M. Oruña, que parece se está haciendo especialista en estas ambientaciones nórdicas, al más puro estilo de los románticos del XIX, (castillos, casonas, cementerios, etc.). Y lo último que me han propuesto, aunque yo no lo he leído aún, es un viaje por "no se qué puertas celtas" en la Galicia de Manel Loureiro.
En cualquier caso, lecturas y viajes siempre están conectados; primero son viajes imaginarios los que hacemos al leer y si se alinean los planetas, cosa que a veces ocurre, terminamos recorriendo los lugares de nuestras novelas favoritas.

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