_ Que haya partidos políticos que representen la mayoría de las ideologías de los ciudadanos.
_ Que haya elecciones libres y representativas para elegir a los gobernantes.
_ Que se respeten los Derechos Humanos.
_ Que haya separación real de poderes.
La ciudadanía tiende a clasificar los regímenes políticos de los países en democráticos y no democráticos, pero la realidad es que hay una gama intermedia entre unos y otros. Parece ser que las democracias más asentadas serían las que cumplen sobradamente esos cuatro presupuestos, como Noruega, Suecia o Dinamarca, seguidos por otros estados europeos con tradición democrática como el Reino Unido, Francia o Alemania.
A un nivel inferior Italia o España, donde hay serias dudas sobre la separación de poderes, o incluso EEUU que aún aplica la pena de muerte en varios estados y por tanto no se respetan los Derechos Humanos.
Pero lo que realmente quería señalar es lo que ocurre con los regímenes democráticos en etapas de crisis como la actual, pues bien, es el momento en el que los ciudadanos eligen opciones políticas o líderes de extrema izquierda o derecha y van dejando cada vez menos espacio a las opciones democráticas.
Ocurrió entre las Guerras Mundiales, primero la extrema izquierda, con su Revolución en 1917, derrocó el régimen de los zares en Rusia y llevó a los comunistas al poder. Como reacción, tras la crisis de 1929, se dio el caldo de cultivo preciso para propiciar el ascenso de fascismo y nazismo.
En nuestros dias, tras la crisis económica de 2008 habían comenzado a ganar terreno los líderes, llamados populistas, de cualquier índole, Venezuela, Grecia, Brasil, EEUU, UK, etc. Además los partidos políticos de los extremos reaparecen o ganan fuerza, comiendo el terreno a los partidos demócratas que se muestran incapaces de resolver la infinidad de problemas que se van acumulando. Las sociedades se van polarizando hacia los extremos. En esta ocasión cuando apenas estábamos remontando una crisis llega la pandemia, desencadena una nueva crisis, primero sanitaria, luego económica y a la postre social, y que junto con el nuevo factor que son las fake news a través de las redes sociales están potenciando el ascenso de los extremismos.
No olvidemos que estos partidos afirman una cosa y a la vez lo contrario para solucionar los problemas, y no olvidemos que en el pasado lo que lograron fue empeorar mucho más las cosas.
Ojito y sentido crítico, conciudadanos. Eso es lo que quería decir: que en EEUU, que presume de democracia, hordas de fanáticos se movilicen contra las instituciones da mucho miedo y mucho que pensar.
Os invito pues a la reflexión.
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