miércoles, 30 de diciembre de 2020

LIBROS: MI VIDA COMO LECTORA I


Pues son ya muchos años, y mucho lo leído, hacer un repaso a mis recuerdos como lectora se me antoja tarea difícil por la cantidad de libros acumulados en mi disco duro, complicado de resumir en unas líneas.
Me recuerdo de muy niña extasiada por los libros, algunos de los cuentos que me regalaron (pocos, muy pocos en comparación con lo que se tiene ahora) debí leerlos mil veces, "La bella durmiente", de Disney, con sus preciosas ilustraciones, un "San Juan Bautista de la Salle" (¡Dios!), etc. También tengo grabadas las pocas veces que nos trajeron bibliotecas temporales, en una ocasión en la casa del Cura y otra en la escuela, en la que me leí una saga de aventuras de "Los siete" parecida a la de "Los cinco". Y a lo que iba, esas pocas veces que veía tantos libros preciosos, con esas imágenes llenas de color, me invadía una emoción ante la tarde de aventuras que me esperaba, que a día de hoy no lo he olvidado. 
De "Los cinco" me regalaron " Los cinco lo pasan estupendo" y me lo aprendí de memoria de tanto leerlo.
Otro recuerdo muy antiguo son los tebeos que rifaba la maestra de párvulos, doña Antonia, alguno debió tocarme en alguna ocasión y a buen seguro los desgasté de tanto leerlo.
Luego durante la adolescencia llegó la moda del "Círculo de lectores". Tuve la suerte de que se apuntaron mis vecinos y algunas de mis amigas que me dejaron montones de libros, de esa época recuerdo los de Vázquez Figueroa, y otros como "El exorcista", "Carrie", "El Expreso de media noche" la saga de "Flores en el ático", etc. 
Tanto en la escuela como en el instituto estudiaba Literatura. Me aprendí los movimientos literarios, así como autores, características, métrica, figuras,... Además me gustaba y se me daba bien, pero he de reconocer que fui incapaz de leer ni uno sólo de los libros que me mandaron los profes, eso sí, algunos los compré, y por aquí han andado por mis estanterías hasta que los he leído ya de mayor. 
Quizás por los diecisiete o dieciocho años debí empezar a evolucionar como lectora y aunque entre mis libros ya debía estar "el Quijote" , "Tiempo de silencio" y "Poesías completas" de Machado, eso sí, sin que yo los hubiese hojeado más allá de lo suficiente para algún comentario de texto mal hecho, no fueron las lecturas obligadas lo que me atraía, pero sí que empecé con novela histórica, de la buena, como la trilogía de Gironella sobre la Guerra Civil, que me dejó Carmen, "Los renglones torcidos de Dios", que tenía Bea y que leímos medio pueblo, o  "Lo que el viento se llevó" de Mari Luz, etc... 
Me sorprendo recordando al propietario; libros maravillosos de esos que marcan para siempre.
 Y llegaron los años de universidad; tengo grabadas lo que eran una especie de "lecturas obligadas " para un universitario "de letras" que se preciase de serlo,  allá por los ochenta, Herman Hesse, con sus  "Bajo las ruedas", "Demian" o "Siddhartha", libros que leí, pero de los que yo no debía sacar el provecho que se esperaba. Recuerdo sin embargo que me encantaron "El nombre de la rosa", "Cien años de soledad", "El amor en los tiempos del cólera", "La casa de los espíritus", "Por quién doblan las campanas", "Los desnudos y los muertos" de N. Mailer, "Las cárceles del alma" de L. Zilahy,  y a poco que haga memoria vendrían a mi mente otros relatos maravillosos, ejercicio que no voy a hacer por no aburrir.
Por esa misma razón y coincidiendo con el final de mis años como estudiante voy a hacer una pausa aquí y sacar algunas conclusiones, como que nuestras lecturas van creciendo y evolucionando a la par que nosotros. No recuerdo haber tenido parones durante esos años, más allá de lo necesario para estudiar exámenes, o intentar leer, que nunca conseguir del todo, los ensayos que nos mandaban en la universidad, siempre debió haber un libro en mi mesilla de noche, aunque alguna de esas noches la mesilla diera demasiadas vueltas como para leerlo.
Haré otro esfuerzo de memoria para traer a la mente lo leído en las siguientes etapas de mi vida, en un siguiente capítulo, pero por hoy ya vale...

1 comentario:

  1. En mi casa "Los cinco" y "Los siete" pasaban de mano en mano, y un poco después "Los Hollister", "Los gemelos" y "Torres de Malory" dónde unas adolescentes narraban sus experiencias en un internado de señoritas... Qué suerte tuvimos de que nos animarán a leer y de que mis padres se hicieran del Círculo de lectores también! Cuántos viajes imaginarios y cuántos personajes maravillosos, unos buenos y otros malos malísimos!!! Con este artículo he viajado en el tiempo a mí niñez y me encanta porque esos tiempos fueron muy, muy felices!!!

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